miércoles, 5 de marzo de 2014

Declaración pública (CEE IPP VIÑA)

Centro de Estudiantes, Instituto Profesional Providencia, Sede Viña del Mar.

A nuestros Compañeras y compañeros
Profesores y Autoridades de nuestro Instituto
A la opinión pública:
Ante la información oficial entregada de parte de nuestro Instituto en el que se reconoce la definitiva perdida de la acreditación, a través del rechazo de la apelación presentada ante el  Consejo Nacional de Acreditación CNA. Como Centro de Estudiantes declaramos lo siguiente:
Consideramos que la no acreditación del IPP, no es más que la consecuencia lógica de una grave crisis que no solo afecta al Instituto Profesional Providencia como institución, sino que debe sus causas tanto a motivos netamente internos,  como también externos, ya que no podemos analizar el presente escenario sin prestar atención al contexto en la cual se desarrolla la educación chilena, la cual se encuentra atravesada por graves crisis y contradicciones aun sin resolver, donde la problemática surgida en el IPP es un síntoma palpable de una enfermedad aun mayor.
Para nadie es una sorpresa, que el rechazo masivo de acreditaciones a un insólito número de dieciocho instituciones de educación superior de parte del CNA, se dé precisamente en el momento en que dicha institución haya sido puesta en cuestionamiento, después de la quiebra que vivió la Universidad del Mar. Este caso puso en evidencia, la débil fiscalización y control que existía sobre las Instituciones Educativas privadas en nuestro país, permitiendo el lucro más descarado y poniendo a verdaderos profesionales del lucro, al mando del futuro de miles de estudiantes que ponen sus esperanzas en alcanzar su meta profesional en estos centros. Fue la presión ejercida por la opinión pública lo que hizo tomar tan drásticas decisiones al CNA, las que pueden estar completamente justificadas, sin embargo la lógica del castigo ejemplificador, no viene a dar soluciones reales a la problemática que enfrenta la educación en nuestro país. Dicho de otro modo, no basta con pintar la fachada de un edificio cuando lo que está en cuestionamiento de manera generalizada son sus frágiles cimientos.
Por su parte, dentro de IPP se fomenta la existencia de un perfil de estudiantes que deja mucho que desear, la calidad pasa a segundo plano, se compite por alcanzar la meta, el preciado cartón, dejando la reflexión en torno al conocimiento y rol del futuro y sentido laboral a un segundo plano, lo importante es terminar los ramos, pasar el año, y el paso por la institución es un mero trámite, se promueve la formación de un estudiante acrítico, incapaz de cuestionar los contenidos que está recibiendo, puesto que su atención no está puesta en ello sino que en su titulo y pretensión de ascenso económico, las instituciones promueven la existencia de estos estudiantes, ya que cumplen un perfil clientelar que les permite lucrar y especular con su endeudamiento, abaratar costos en cuanto a recursos necesarios para su formación, incluso en su infraestructura y calidad de los profesores a los que se les contrata a honorarios y por bajos salarios dificultando aun más la vinculación de los docentes con la institución y los estudiantes, impidiendo la participación de académicos comprometidos por el futuro de sus estudiantes y el ser un aporte real, para una sociedad con un sistema educativo en crisis, esta actitud pasiva de parte de quienes reciben esta formación, promueve y facilita el lucro de sostenedores preocupados por el aumento de su tasa de ganancia más que en el rol formativo de sus instituciones.
IPP voluntariamente ha accedido someterse desde hace un par de años a las distintas instancias de  acreditación, teniendo éxito en el proceso de acreditación de carreras, no así en el proceso de acreditación institucional.
Primero que todo es importante  entender que la acreditación institucional es un proceso que certifica el cumplimiento del proyecto de una institución y la existencia, aplicación y resultados de mecanismos eficaces de autorregulación y de aseguramiento de la calidad. Su objetivo es lograr el avance de la institución en relación a la definición de sus políticas, consolidando una cultura de la evaluación y control, incorporando buenas prácticas en la gestión institucional y la docencia, esto a partir de la instauración de sistemas de información, procesos de evaluación permanente, planificación, seguimiento de resultados y ajuste constante de las actividades. Este proceso concluye formalmente con el juicio de la CNA, que en nuestro caso fue la no acreditación institucional.
Para todos quienes formamos parte de IPP Viña del Mar es evidente que en estos últimos dos años  hemos venido  atravesado por una importante crisis a nivel institucional que ha ido de   menos a más, crisis que ha sido enfrentada por nuestras autoridades con una escaza autocrítica y una autoevaluación que tiende a bajar el perfil a la delicada situación que  estamos enfrentando, dando respuestas vagas a las diferentes inquietudes presentadas por sus alumnos en las distintas instancias de encuentro con autoridades.
 Muchas muestras de esta crisis se han ido presentando de manera paulatina a lo largo de estos dos años, y que finalmente nos llevaron a no obtener la tan esperada acreditación institucional. Entre estas podemos mencionar:

Importante aumento de las matrículas en las distintas carreras de la modalidad semi-presencial, un 71% entre los años 2009 y 2013, ante lo cual la institución ha manifestado abiertamente su intensión de crecer a través de esta modalidad, teniendo como gran argumento la “inclusión de todos aquellos jóvenes comprometidos con su desarrollo y superación personal”, sin embargo al año 2013 no existían egresados de dichas carreras, por lo cual no hay una constatación de homogeneidad en la formación en relación a la modalidad presencial.
Particularmente en la sede Viña del mar, se ha podido evidenciar una deficiente gestión de los recursos para aquellas carreras de alto contenido práctico, lo cual se ve reflejado en la falta de laboratorios con la infraestructura y herramientas apropiadas, hecho que contraviene a lo establecido por   el modelo educativo de la institución, el cual dice centrarse en el aprendizaje, para luego poder articular lo teórico con lo práctico (saber hacer). Es importante mencionar que este modelo educativo tampoco se refleja en la modalidad semi-presencial.
El informe de la CNA da cuenta de que IPP, al año 2013, contaba con 563 docentes, de los cuales sólo 2 poseen contratos por jornada completa en la institución, lo que sin duda genera una gran desvinculación y falta de continuidad de los docentes, debido a que la poca estabilidad  en la que estos se encuentran, los lleva a optar por otras instituciones que le ofrecen un mejor  panorama laboral y salarial. No obstante,  lo más alarmante es que sus contratos  no consideran horas de extensión académica, por lo cual no tienen disponibilidad horaria para actividades no lectivas relacionadas con la docencia como atención de alumnos, trabajo colaborativo entre docentes, horas para actividades orientadas a la investigación, diseño de clases, etc., situación que  lamentablemente  impacta en la calidad de la enseñanza recibida.
Anterior a la no acreditación institucional y el lapidario informe de la CNA, también hubo  malas noticias: los malos resultados en la prueba Inicia, que apuró un cambio de malla para las carreras de educación, que a nuestro juicio empeora las cosas, ya que viene de la mano con una sobrecarga académica  para los estudiantes y que en definitiva no se justifica, puesto que en términos concretos, la prueba inicia, además de evaluar conocimientos específicos, es habilitante para poder ingresar en la Carrera Profesional Docente, sin embargo como alumnos de IPP, los estudiantes de educación ya se ven imposibilitados de poder entrar en esta carrara ya que no se cumple con los dos primeros requisitos: Ingresar vía PSU a una institución ACREDITADA.
Estas evidencias de crisis, que destacan entre muchas otras, podrían estar directamente relacionadas con lo también mencionado en el informe de la CNA, “el deterioro de los indicadores financieros de la institución, reflejado en una disminución patrimonial de un 20%”, que nos  ha llevado a derivar , sin lugar a dudas, en un  problema mayor: el corte  mercantilista que en estos últimos años ha dominado las políticas académicas de IPP,  cuando lo correcto debiese ser al revés: que las políticas académicas primen por sobre el interés comercial. En este sentido, el desmejoramiento ha sido sostenido, con un cambio de administradores y directivos que han profundizado el modelo lucrativo, postergando las mejoras elementales para garantizar el piso de una buena educación, de ahí que la imagen publicitaria de IPP apunte a fortalecer la imagen de sus carreras a distancia, cuando lo cierto es que académicamente hablando, la fortaleza del instituto está en sus carreras presenciales.
Finalmente, a todo lo anteriormente señalado se suma el reportaje realizado por  TVN que ha terminado de desenmascarar las cuestionables tácticas de captación de clientes y sus malas prácticas publicitarias, pero, perjudicando además la imagen de la institución y poniendo en mal pie a sus estudiantes, sin embargo la Vicerrectora Sra. Ana Elena Schalk, desmiente todo tipo de acusaciones, sin argumentos sólidos que le den validez a sus palabras. En consecuencia, lo lógico es pedir la renuncia de la Vicerrectora Señora Ana Elena Schalk, responsable de la gestión de las políticas que están conduciendo a IPP al despeñadero y  también la renuncia del Director de Educación Alejandro Delgado,  responsable directo del preocupante empobrecimiento académico que existe en las carreras de educación.
Por otra parte el Centro de Estudiantes exige a las autoridades respetar las mallas con las que ingresaron los estudiantes hasta el año 2013, cuyos cambios se dan de forma fortuita e irresponsable, ya que los principales argumentos no apuntan al mejoramiento académico, sino que solo por los resultados de una evaluación que no es garantía de nada para nuestros compañeros de pedagogía.
Hacemos un llamado a los docentes de IPP a tener voz, a hacerse cargo de la educación y formación de los futuros profesionales que están formando, a adquirir mayor protagonismo en las decisiones que afectan directamente la calidad de la educación que se imparte, a dar un vuelco a la visión mercantilista propia de tiendas comerciales, pero absolutamente dañinas para los centros de educación, a retomar el rumbo académico propio de una institución educativa.
De la misma forma hacemos un llamado al resto de los estudiantes, a nuestros compañeros para que se empoderen de la búsqueda de soluciones a nuestros problemas, les proponemos y exigimos algo que parece estar siendo olvidado en IPP, pero que encierra la clave de lo que buscamos, hacemos un llamado urgente a educarse, educarse para poder comprender la realidad en la que nos formamos e insertamos, educarse para poder organizarnos y encontrar soluciones, educarse para hacerse conscientes de nuestros derechos, educarnos para poder emprender esta ardua lucha e trascendental tarea.

Esperando que nuestra declaración, denuncias y demandas encuentren una buena acogida.

Saluda Cordialmente


Centro de Estudiantes, Instituto Profesional Providencia, Viña del Mar.
O5 de Marzo 2014.